Celo por Dios en un mundo sin Dios – Sermón #7

Un sermón de George Müller de Bristol
Notas de un discurso en una de las conferencias de cristianos de Clifton.
“He estado muy celoso por el Señor Dios de los ejércitos”
— 1º Reyes 19:10
Especialmente, queridos amigos cristianos, debemos darnos cuenta de que debemos estar celosos de Dios; por Su honor y Su gloria, y no por nuestro propio honor y gloria; no por nuestra propia reputación y nombre, ni por nuestro partido, nuestra posición eclesiástica, ni siquiera por nuestras nociones religiosas particulares. El espíritu de ese santo varón de Dios, Juan el Bautista, cuando dijo, refiriéndose al Señor Jesús, “es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30), debería ser nuestro objetivo. Cuánto más dispuestos estemos, como él, a rebajar nuestra propia estima, y buscar nuestro propio honor, más aptos seremos para ser usados por el Señor; y Él también se asegurará de que seamos honrados por Él, porque buscamos honrarlo (1º Samuel 2:30).
Como en todo, también en los celos o el celo por la honra de Dios, nuestro adorable Señor Jesús es para nosotros el ejemplo perfecto, a quien tenemos que poner delante de nosotros, y a quien tenemos que tratar de imitar. Pero para poder imitarlo en cualquier grado, tenemos:
- Mediante la fe en Él obtener vida espiritual; porque naturalmente estamos “muertos en delitos y pecados”. Por lo tanto, naturalmente, no tenemos ningún deseo de buscar la honra de Dios; sí, no nos preocupamos por eso cuando Él es deshonrado. Pero cuando nos hemos convertido en hijos de Dios, por la fe en el Señor Jesús, y así nos reconciliamos con Dios y nuestros pecados son perdonados, comenzamos a buscar agradar a Dios, buscar honrarlo y desear que otros también le honren y agraden
- Este celo por Dios permite un aumento o una disminución de nosotros mismos; y se descubrirá que aumentará en la medida en que nuestros propios corazones entren prácticamente en la hermosura de la naturaleza y el carácter de Dios. Por lo tanto, tenemos que buscar por nosotros mismos estar cada vez más convencidos de la gracia de Dios, de Su amor, Su bondad, Su piedad, Su compasión, Su disposición para ayudar y bendecir, Su paciencia, Su fidelidad, Su omnipotencia, Su infinita sabiduría; en una palabra, tenemos que buscar conocer a Dios, no de acuerdo con los puntos de vista de los hombres, ni siquiera de acuerdo con las nociones de cristianos en general, sino de acuerdo con la revelación que Él ha hecho de sí mismo en las Sagradas Escrituras, para que nuestro corazón se llene de amor por Él, para que anhelemos fervientemente honrarlo y busquemos incitar a otros a honrarlo.
- Nuestro Señor Jesús conocía perfectamente al Padre: salió de su seno. Además, como Hombre perfecto, siervo del Padre, meditaba día y noche en las Sagradas Escrituras (Salmo 119). Cuanto más meditemos nosotros, los hijos de Dios, en las Sagradas Escrituras, más perfectamente nos familiarizaremos con la verdadera hermosura de Dios y, por tanto, más procuraremos agradarle a Él, y más procuraremos estimular a otros para familiarizarse con ÉL y para agradarle
- Nunca hubo un tiempo en el que no fuera cierto con respecto al mundo lo que dice el apóstol Juan: “El mundo entero yace bajo el maligno (1ª Juan 5:19). De ahí la profunda importancia que todos los hijos de Dios en este mundo impío deben tratar de honrar a Dios, vivir para Dios, ser como luces en el mundo, manifestar su celo por la gloria de Dios. Al tratar de hacerlo, pueden encontrar muchas dificultades, pero Dios los ayudará y fortalecerá, si oran a Él pidiendo ayuda, y esperan ayuda de Él. A veces pueden encontrarse casi solos, o completamente solos, en su camino al buscar glorificar a Dios, como fue el caso de algunos hombres de Dios en la antigüedad; pero a más solitarios, mayor es la importancia de vivir para Dios, de buscar celosamente su gloria, y mayor la recompensa de la gracia por hacerlo. A veces también puede parecer como si viviéramos y trabajáramos en vano para Dios; pero el testimonio del Espíritu Santo en las Escrituras dice exactamente lo contrario, porque está escrito: “Estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1ª Corintios 15:58). Nuevamente, está escrito: “No nos cansemos de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9).
A media que nos acercamos más y más al final de la presente dispensación, las tinieblas espirituales, el alejamiento de las Sagradas Escrituras y la consiguiente impiedad, tenemos tazones para creer que aumentará más y más, aunque junto con una apariencia de piedad (ver 2º Timoteo 3:1-5); por tanto, el camino de un verdadero discípulo del Señor Jesús se volverá cada vez más difícil; pero por esta misma razón es mucho más importante vivir para Dios, dar testimonio de Dios, ser diferente al mundo, ser transformado de él. Si deseamos que así sea con nosotros, es necesario que nos dediquemos a la lectura en oración de las Sagradas Escrituras con referencia a nosotros mismos. La Biblia debería ser para nosotros el Libro de los libros; todos los demás libros deben considerarse poco en comparación con la Biblia. Pero si este no es el caso, seguiremos siendo niños en la gracia y el conocimiento.
Y ahora, amados compañeros-discípulos, ¿cuántos de nosotros tenemos el propósito de vivir para Dios, ser celosos por Dios y ser verdaderamente transformados del mundo? Tenemos una breve vida aquí en la tierra. Las oportunidades de testificar de Dios con nuestra vida pronto terminarán; por tanto, aprovechémoslo. Ninguno de nosotros permita que su vida, ni siquiera una pequeña parte de ella, se desperdicie, porque nos ha sido dada para ser usada para Dios, para su gloria, en este mundo sin Dios.
Este sermón se trata de una traducción realizada por www.george-muller.es del documento original proporcionado por The George Muller Charitable Trust, fundación que sigue el trabajo comenzado por George Müller y que actualmente trabajan en Bristol, concretamente en Ashley Down Road, y que se dedica a promover la educación, el cristianismo evangélico y ayudar a los necesitados. Para más información, puedes visitar su web www.mullers.org