Libertad de preocupaciones – Sermón #54

Un sermón de George Müller de Bristol
Filipenses 4:6-7
“No te preocupes por nada”; es decir, “no estés ansioso por nada”; no se debe encontrar ansiedad en el creyente. Grandes, muchas y variadas pueden ser nuestras pruebas, nuestras aflicciones, nuestras dificultades y, sin embargo, es0 no debería hacernos tener ansiedad bajo ninguna circunstancia, porque tenemos un Padre en el cielo que es todopoderoso, que ama a sus hijos como ama a su Hijo Unigénito, y cuyo gozo y deleite es socorrerlos y ayudarlos en todo momento y en toda circunstancia.
Por lo tanto, no se debe encontrar ansiedad en los hijos de Dios, sino que debemos prestar atención a la exhortación que se nos da en este versículo: “No estéis ansiosos por nada; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y súplica, con acción de gracias”.
Observa aquí particularmente los siguientes puntos:
- “En todo”, es decir, no solo cuando la casa está en llamas, no solo cuando la amada esposa está muriendo, no solo cuando nuestros hijos están al borde de la tumba, sino en los asuntos más pequeños de la vida, trae todo ante Dios, las cosas pequeñas, las cosas muy pequeñas, lo que el mundo llama cosas insignificantes, todo, viviendo en santa comunión con nuestro Padre Celestial y con nuestro Señor Jesucristo, todo el día. Y cuando nos despertamos por la noche, por una especie de instinto espiritual volviéndonos a Él y hablándole, y presentando nuestros diversos asuntos pequeños ante Él en la noche de insomnio, las dificultades en la relación con nuestra familia, nuestros sirvientes, nuestro oficio, nuestra profesión, cualquier cosa que nos ponga a prueba de alguna manera, habla con el Señor al respecto. Y de la misma manera, en nuestros gozos, en nuestros días tranquilos, habla con el Señor acerca de ellos y pídele ayuda, Pídele que te ayude con todo.
- “Con oración y súplica”, tomando el lugar de los mendigos, con fervor, con perseverancia, avanzando y esperando, esperando, esperando en Dios.
- “Con acción de gracias”. En todo momento debemos sentar una buena base con acción de gracias. Si faltara todo lo demás, esto siempre está presente, que Él nos ha salvado del infierno. Luego, que nos ha dado Su Santa Palabra – Su único Hijo, Su don más selecto – y el Espíritu Santo. Y, por tanto, siempre tenemos abundantes motivos para dar gracias. ¡Oh, apuntemos a esto!
¿Cuál es el resultado de esto?
“Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y mentes en Cristo Jesús”. Tendremos la paz de Dios. Y esta es una bendición tan grande, una bendición tan real, una bendición tan preciosa, que debe ser conocida experimentalmente para ser asentada, porque sobrepasa el entendimiento. ¡Oh, la paz de Dios, cuán excepcionalmente preciosa es esta bendición!
Mira, pues, cómo obtenemos esta paz de Dios, atendiendo a esta exhortación, de que en todo, en los asuntos más minuciosos de la vida, dejemos que nuestras peticiones, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean conocidas por Dios. Y además, que busquemos al máximo evitar la ansiedad. Oh, consideremos estas cosas en serio, y el resultado será que, si constantemente andamos en este espíritu, glorificaremos a Dios mucho más abundantemente de lo que lo hemos hecho hasta ahora.
Este sermón se trata de una traducción realizada por www.george-muller.es del documento original proporcionado por The George Muller Charitable Trust, fundación que sigue el trabajo comenzado por George Müller y que actualmente trabajan en Bristol, concretamente en Ashley Down Road, y que se dedica a promover la educación, el cristianismo evangélico y ayudar a los necesitados. Para más información, puedes visitar su web www.mullers.org